miércoles, marzo 12, 2008

¿Estoy vivo?

No lo sé. No noto nada.
Escucho a mi alrededor... no oigo nada. No percibo ninguna clase de sonido, ni siquiera el movimiento del aire.
Todo está oscuro. La oscuridad llega hasta mi corazón, oprimiéndolo, estrujándolo con su manto frío.
He abierto los ojos, pero no consigo ver nada. No hay formas a mi alrededor, ni ser vivo siquiera, tan sólo una niebla perturba esa estancia tranquila.
Empiezo a mandar órdenes a cada parte de mi cuerpo, inmóvil, que se halla pegado al suelo y consigo moverme a duras penas. No noto nada...
Por fin algo se empieza a vislumbrar, la luz va apareciendo poco a poco.
Ya noto el viento en mi cara, me hace daño y me corta, pues está frío. Ya noto algo.
Soy capaz de doblar las piernas e incorporarme sobre mis rodillas. Entorno los ojos con la esperanza de notar alguna presencia, alguien que se supone llevo esperando mucho tiempo.
Noto una suave brisa sobre mi piel que me va dejando la piel pegajosa.
Me pongo de pie y descubro que estoy desnudo, no llevo nada de ropa y, sin embargo, no me importa en absoluto. Empiezo a sentirme bien.
Camino hacia delante, intentando encontrar algún punto de referencia que me guíe. Noto el arenoso suelo blando bajo mis pies. Miro hacia arriba y veo que la niebla se va disipando, descubriendo una brillante luz crepuscular; no había visto jamás una luz parecida, tan hermosa, tan distante pero a su vez es como si la tuviera al alcance de mi mano.
Comienzo a escuchar voces a mi alrededor, aunque no consigo comprender lo que dicen. Ya no me importa.

El aire se vuelve más calido y la luz se torna rojiza. ¡Qué maravilloso espectáculo!
El sonido de las voces comienza a distanciarse de nuevo, aislándome en aquella tranquilidad que satisfacía todos y cada uno de mis sentidos.
Cierro los ojos, respiro hondo, llenando mis pulmones de esa brisa tan suave que me iba recorriendo el cuerpo, como tapándome con una capa invisible.
Vuelvo a abrir los ojos y veo un gran mar que se pierde de vista hasta el horizonte y la luz resultó ser un enorme sol que coronaba aquella magnífica escena.
Encima del océano, como levitando, descubro una figura que me hace señas. No consigo verle la cara; pero eso da igual, puesto que es la persona que tanto estaba esperando, me lo decía el corazón que volvía a latir intensamente, como nunca antes había hecho. La capa que antes me había envuelto se volvió visible, mostrando una túnica blanca.
Comencé a andar hacia el mar y la silueta se acercó tendiéndome una mano, haciendo que yo también levitara sobre las aguas. Su carne era suave y cálida... sus mirada era intensa y tenía unas facciones increíblemente hermosas e inundó mi interior, nunca había notado algo así y mi corazón se encendió más, latiendo con gran intensidad.
Empezamos a flotar, dirigiéndonos hacia ese sol brillante que se posaba sobre nuestras cabezas, dejando la oscuridad inicial y todos los temores a un lado, ya no me podía afectar.

Estoy más vivo que nunca.

4 comentarios:

Ximena y Álvaro dijo...

was maxo, como me ha triunfado esta entrada, supongo que son de tu cosecha propia, si lo son, sigue escribiendo así, parece un sueño. Y sobre todo me ha relajado un huevo.

Bonita imagen. Me la apropio para mi colección ^^

El final me ha puesto BC Rich "Empezamos a flotar, dirigiéndonos hacia ese sol brillante que se posaba sobre nuestras cabezas, dejando la oscuridad inicial y todos los temores a un lado, ya no me podía afectar."

Nos vemos prontiko.

AoKumo dijo...

Imagino que debo echarle la culpa a mi enfermedad, que me dejó todo el día tirado en el sofá xD.

Me alegro que te haya gustado^^

Anónimo dijo...

Mu alejoniano esta entrada... que poco original... xD. Es coña, bonita entrada.

Te veo pronto! xao!

AoKumo dijo...

Mu alejoniano... poco original...
¡a ti sí que no se te ocurría nada mejor que poner! xD